Mi medio aguacate es un animal de costumbres. Llevaba peinándose exactamente de la misma manera desde hacía dieciséis años.
Lo que sí que cambió en los últimos nueve años fueron los productos que usaba para su cabello. Al principio de salir nosotros, Martyn usaba cualquier champú del súper y una gomina ultra cool pero con unos ingredientes que daban miedito. No quiero hacer publicidad pero he leído que es la gomina más famosa desde 1930. Muy famosa, pero con petróleo como ingrediente principal.
En 2013, nos pasamos a la cosmética sólida y vegana (para jabón de manos, gel de cuerpo y champú) y Martyn empezó a usar champú sólido para su cabello. En esa época seguíamos la filosofía o método no poo, con la cual aprendimos y “entrenamos” a nuestro cabello que no hacía falta lavarlo muy a menudo, si no todo lo contrario. Es bueno dejar al menos pasar cuatro días entre lavados para no estropear el sebo natural que nuestro cuero cabelludo produce en la justa medida.
En esa época, yo también dejé de usar mis productos para marcado de rizos que compraba en supermercados y droguerías (nada veganos y testados en animales seguro) y los cambié por gel de aloe vera. Y Martyn hizo lo mismo: cambió la gomina petrolífera por aloe vera.
Rutina minimalista, saludable y cruelty free
Así, pasó a tener una rutina capilar muy sencilla, con muy buenos resultados, con pocos productos, saludables y cruelty free:
- Champú sólido y vegano cada cuatro días para lavar (con “lavados” o refrescados diarios de solo agua) y
- Gel de aloe vera para marcar el peinado.
Listo.
Pero como os decía, el peinado no cambió. Siempre iba con su raya al lado, un tupé bien peinado y los lados bien cortitos.
Confinamiento
Entonces empezó el confinamiento y la imposibilidad de ir a una peluquería. Y su cabello empezó a crecer. Un mes y medio era el máximo de tiempo que pasaba sin ir a la peluquería, así que en esos tres meses de confinamiento su pelo creció como no lo había hecho en aquellos dieciséis años.
Y la sorpresa fue que le gustó, que descubrió que su cabello se rizaba y no solo ondulaba como había creído toda su vida. ¡Como tantos y tantas que no saben cuán rizado tienen el cabello! No usar los productos ni la técnica adecuada está haciendo que tu cabello no se rice en todo su potencial.
Nuevo look: curly man hair
Cuando llegó el momento de poder ir a la peluquería (después de unos tres meses de confinamiento y movilidad restringida) ¡menuda sorpresa le daría a su peluquera de los últimos diez años! Le iba a pedir un estilo diferente. Y así fue. Stella de Jay Walker English Salon, en Barcelona, entendió perfectamente su nuevo look, le arregló los lados (cortando bien corto) y le dejo la capa superior mucho más larga y rizada. Y este es el resultado.
Su manera de peinarse ha cambiado. Antes necesitaba de sus peines para hacer aquella raya lateral tan perfecta y aquel tupé tan bien moldeado. El aloe vera solo servía para marcar el peinado.
Ahora usa solo sus manos para ponerse el aloe vera por sus rizos y luego, con las mismas manos, marcar los rizos, haciendo lo que se llama pulsing, scrunch o mulli-mulli.
En las últimas semanas ha hecho un paso más: ha empezado a usar acondicionador, también sólido. Porque el cabello rizado necesita de una correcta hidratación para conseguir rizos más definidos, suaves, esponjosos y sin frizz (encrespamiento). Ahora Martyn, como yo, usa los champús y el acondicionador sólidos de Holiskine, que son los mejores que he probado nunca. Artesanales, veganos, sólidos, 100% residuo cero y con la mezcla de ingredientes más increíbles que tu cabello pueda necesitar.