Era noviembre del año pasado que Clara y Alberto, las dos bellas personas que están detrás de Veganografía, me escribían porque habían descubierto mi libro. Me contaban que habían inaugurado este gran proyecto el día 1 de noviembre, haciéndolo coincidir con el Día Mundial del Veganismo. Estaban empezando a construir una gran base de material vegano, bibliográfico -la biblioetca- y audiovisual -la filmoteca-, clasificado en diferentes categorías para que los hispanohablantes pudiéramos “navegar por este mar de publicaciones cada vez más grande”. A día de hoy ya tienen 64 películas y 229 libros repartidos en 42 temáticas que explorar.
Desde el principio me pareció una idea increíble, además el diseño de su web es muy claro y fácil de navegar. Las pelis están clasificadas por cine infantil, documentales, cortometraje (y más) y los libros por activismo, derecho animal, ecofeminsimo, pedagogía, psicología, recetas, narrativa…¡un montón de categorías! Ya sabéis, si queréis escoger un libro sobre veganismo para leer o regalar, explorando las categorías que más os interesen seguro que encontraréis un montón interesantes.
Mi hijo se ha hecho vegano, recomendación del mes de enero
E incluyeron mi libro, un honor para mí formar parte de esta biblioteca vegana y compartir estante virtual con libros tan grandes e importantes. Clara y Alberto me dieron una alegría más cuando a 1 de enero, empezando el año nuevo, inauguraban “la recomendación del mes”: y ahí habían decidido recomendar Mi hijo se ha hecho vegano.
“Empieza el año y con él os dejamos la recomendación del mes de enero: Mi hijo se ha hecho vegano, de @vidadesaborautentic y editado por @betaeditorial . Ya subimos el libro a la base de datos hace unas semanas, pero no queríamos dejar pasar la ocasión de ponerlo en la sección de recomendaciones por ser un libro muy especial que llena un hueco editorial en el ámbito vegano. ¡Lo encontraréis en la portada de nuestra web hasta febrero!
Afortunadamente, lxs jóvenes cada vez están más concienciadxs sobre el maltrato animal, el cuidado del planeta y de nuestra salud. Y cada vez más m/padres se enfrentan a este reto de tener a un/a hijx veganx en casa. Así que seguro que este libro será un buen regalo de Reyes para muchxs…”.
La sección de vegapuntes
En diciembre Veganografía empiezan otra nueva sección: los vegapuntes. En esta sección, van a ir compartiendo algunas reflexiones célebres relacionadas con el antiespecismo. “Esas frases que te apetece subrayar, o enmarcar, o tatuar”, dicen. Van a subir una nueva cada semana. Por cierto, que además de su web, los tenéis en redes sociales, para seguirlos día a día.
El primer vegapunte que escogen no es ni más ni menos que de una de mis autoras veganas favoritas, de la psicóloga Melanie Joy. Siempre voy haciendo referencia a su trabajo y recomendando sus libros. La cita que escoge Veganografía es de su mayor bestseller Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas, editado por Plaza y Valdés.
«El patriarcado existió durante miles de años antes de que el feminismo lo declarara una ideología. Lo mismo sucede con el carnismo”, Melanie Joy.
Os invito fervientemente a leer las obras de Joy, también en sus redes sociales, como @beyondcarnism y profundizar en este concepto de carnismo. Veganografía añade que es “una reflexión muy pertinente sobre el modus operandi de distintos ejes de opresión y sobre la estrategia de invisibilizar lingüísticamente algo para hacerlo pasar por la norma”.
Reseñas de libros veganos. ¿La primera? Sobre Mi hijo se ha hecho vegano
Y ¿qué es lo que os quería contar hoy? Que han empezado otra sección (se nota que Clara y Alberto tienen mucho que compartir con el mundo y unas ganas increíbles de acercar el veganismo a todo el mundo): un blog con reseñas de los libros que ellxs mismxs leen, analizan y dan su opinión. ¡Qué alegría saber que la primera reseña que escriben es sobre Mi hijo se ha hecho vegano! La he leído con mucha emoción porque Clara ha transmitido a la perfección lo que tantas personas sienten cuando se hacen veganas, lo que sienten sus seres queridos al saber la noticia, y ha ido haciendo referencia a mi libro con mucho detalle y precisión. Además, como dice Clara, esta reseña es muy especial porque la ha escrito con la colaboración especial de su madre.
“Cuando leí el título, fue lo primero que pensé: ‘Ojalá este libro hubiera existido hace tres años, cuando me hice vegana. Ojalá…’. Porque sí, en su momento yo también lo habría necesitado. Os lo resumo”.
La reseña entera la tenéis que leer en su web de Veganografía, en la entrada “Reseña del libro Mi hijo se ha hecho vegano de Estela Bayarri”. Pero os dejo con algunos fragmentos que yo resalto y que me han emocionado mucho, por saber que realmente este libro que con tanto cariño escribí está llegando y está siendo de ayuda. Porque esa es la intención de este libro: ayudar a tantxs jóvenes que se encuentran en la situación de haberse hecho veganos y no encontrar el apoyo que esperaban y a esas madres/padres, familiares, que también se han llevado una noticia al principio no de su agrado.
“Y de la noche a la mañana, vegana, sin echar de menos el queso pero, eso sí, con algún que otro problema en casa. O vivo en una burbuja, o hace tres años aún muchísima gente no había escuchado nunca la palabra «vega ¿qué?». Explicarlo a mis padres disparó discusiones en la comida que Estela desgrana muy bien: porque «a ver ahora qué cocinamos…», «¿ni siquiera huevos ni leche?» o el mantra de las proteínas y la B12. El veganismo me enseñó muchas cosas: primero a cocinar, después a debatir y, también, a tener paciencia. Mi madre antes me refunfuñaba, pero ahora es uno de mis principales apoyos. Se ha tenido que hacer el camino ella sola, sin la ayuda de Estela, como tantxs otrxs. Pero por fortuna, ahora tenemos un libro que regalar y con el que aligerar el viaje.”
“Un libro que llena un hueco editorial».
«Ya tenemos libros infantiles (ver sección) o de pedagogía (ver sección) para que no nos perdamos cuando queramos inculcar una educación antiespecista a nuestrxs hijxs, que dado el mundo en el que vivimos, sigue siendo un gran reto. Pero… ¿quién ha escrito para educar a los padres y madres no veganxs con hijxs que sí lo son? Se le ocurrió a Estela, y la idea fue magnífica.”
“Una de las aportaciones a celebrar es que Estela ha hecho hincapié en el aspecto psicológico. Uno de los capítulos está precisamente destinado al síndrome de burnout: cómo las personas veganas, al estar más expuestas al maltrato animal bien porque nos documentemos o bien porque, cuando ya hay conciencia y desaprendizaje, el especismo lo apreciamos en los actos más nimios y cotidianos, pagamos por ello un precio psicológico. El del conocimiento. Pero aparte de esto, Estela muestra las caras de la presión social: incomprensión, mofa, descrédito, discusiones… son situaciones que eclosionan cuando alguien de la familia, del entorno de amigxs o de trabajo sale del armario verde. La vegefobia existe y los padres y madres tienen que estar al tanto para primero, no convertirse en colaboradores extra y, segundo, defender la integridad moral de sus hijxs veganxs. Las comidas son eventos potencialmente hostiles y el machaque diario al que somete una sociedad carnista desgasta y acaba enervando. A veces es imposible ser modélico en las respuestas, y Estela (¡gracias!) no pierde la oportunidad para remarcarlo:
«Es cierto que a veces los veganos se muestran agresivos cuando defienden su perspectiva. El motivo es que los no veganos también se muestran a la defensiva cuando descubren su estilo de vida.»
Mi hijo se ha hecho vegano, p. 29
“En definitiva, el libro de Estela es innovador en la temática y tremendamente empático en su contenido. Se dirige a padres y madres desde la comprensión de su preocupación, pero descubriéndoles que es infundada y que, realmente, que su hijx se haya hecho veganx es una fantástica noticia no solo para los animales y el medio ambiente, sino también para la propia familia.”
Las palabras de la madre de Clara, para enmarcar:
“Cuando mi hija se hizo vegana:
Ahora que ya he pasado por todo el proceso, de un recelo inicial a la simpatía por el movimiento vegano, y después de haber leído el libro de Estela, puedo decir que me he sentido identificada desde la primera página hasta la última. Cada frase, cada capítulo, me ha transportado al momento en el que mi hija nos dijo «mamá, papá, me he hecho vegana» y lo que vino después. Estela sabe ponerse en la piel de los padres no veganos y conseguir que empaticen con sus hijos.
Y es que cuando tu hijo te dice que se ha hecho vegano, te está dando la lección de ética que tú no le has enseñado, y deberías haberle enseñado como madre. Nuestros hijos veganos son valientes, asumen el gran reto de ir contracorriente, transforman nuestro pensamiento, mejoran la alimentación en casa y nos abren los ojos ante el horror de la industria.
Mi agradecimiento a todos los veganos que injustamente os enfrentáis día a día a la crítica, a la incomprensión y a la exclusión, cuando el cuestionamiento lo merece la sociedad que, por comodidad, prefiere mirar a otro lado.”
Yo también os doy las gracias, Clara y Alberto, por este gran trabajo que estáis haciendo, de concienciar, educar, compartir, ir aportando vuestro granito de arena día tras día.